En su vientre nació la esperanza,
como luna cuidando la marea.
Con sus manos tejió la confianza,
mientras su amor la vida recrea.
En desvelos regó su ternura,
como el río que nunca descansa.
Cada fiebre y temor fue dulzura,
bajo el faro de su esperanza.
La vistió de valor cada día,
cuando el niño partió a la escuela.
Y aunque ocultó su melancolía,
su sonrisa fue luz y novela.
Fue abrigo en las noches más frías,
fue refugio si algo dolía.
Sus palabras, eternas poesías,
como el sol que al dolor desafía.
Lo vio alzarse entre pasos inciertos,
adolescente, buscando su estrella.
Y en su pecho, guardó los recuerdos,
como el mar guarda olas más bellas.
Y al hacerlo un adulto completo,
no cambió ni un segundo su amor.
Fue raíz, fue sostén, fue amuleto,
fue un jardín floreciendo en calor.
Ser mamá fue su más fiel legado,
su promesa al andar de la vida.
Como el cielo que nunca ha fallado,
como el agua que al alma convida.
Hoy su nombre resuena en el viento,
como canto que nunca se aleja.
Porque madre es eterno cimiento,
es el alma que nunca se queja.
A mi madre hermosa.... INES TORRES. ❤️❤️❤️
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