El Ciclo de la Vida

Bajo el susurro tierno de la aurora 

despierta el alma en su primer latido, 

como la flor que tímida se implora 

al beso dulce de un rayo encendido. 

En campos verdes crece la esperanza, 

brotan los sueños como ríos abiertos, 

y entre los juegos danza la bonanza 

bajo los cielos diáfanos y ciertos. 

Luego, el saber despliega sus alas, 

conoce el pecho amores y desvelos,

como en los mares saltan las bengalas 

y el viento escribe rutas en los cielos. 

La madurez perfuma con su canto 

las horas serenas de tardes doradas, 

igual que el bosque que en su dulce encanto 

guarda memorias entre sus granadas. 

Vienen los años en pausada danza, 

marchita el pétalo, se arruga el río, 

pero en la savia antigua de la esperanza 

brilla la vida aún en su desvío. 

Se doblan ramas bajo el sol cansado, 

crujen los troncos en melancolía, 

y cada hoja en su vuelo dorado 

abraza al viento al final del día. 

Mas no hay final en este eterno paso, 

sino un renuevo oculto en cada esencia, 

pues de la tierra surge un nuevo abrazo 

y canta el alma en nueva existencia. 

Así la vida, en su canción rendida, 

cierra sus ojos para renacer, 

como la flor que, al caer vencida, 

siembra en la tierra su derecho a ser.