domingo, 15 de junio de 2025

Padre, raíz del alma.


Desde el primer suspiro que oyó en la cuna,
su alma se volvió guardián del día. 
Firme como el roble, aun en la bruma, 
cuidaba con amor y valentía. 

Jugando a ser león, dragón o estrella, 
pintó de magia cada amanecer. 
Fue río que enseñó a cruzar la huella, 
y faro en las tormentas del crecer. 

Sus manos, fuertes, fueron nido y muro, 
su voz, abrigo en noches de temor. 
Camino claro, solido y seguro, 
que aún sin verlo, guía con su amor. 

Crecimos como el árbol con su guía, 
ramaje al sol, raíces en su fe. 
Y aunque el tiempo en las sienes se vacía, 
su sombra nos protege, aún de pie. 

Hoy somos padres y él sigue enseñando, 
en cada gesto, en cada decisión. 
Como la luna sigue vigilando, 
aunque ya no esté en nuestra dimensión. 

🌟 Para los que partieron, va esta flor:
Son viento que acaricia la mejilla,
son lluvia que acompaña el interior,
y estrellas que alumbran la orilla. 🌟

A todos los padres, vivos o ausentes,
honramos su amor incondicional.
En cada paso, están siempre presentes,
como el sol que vuelve, fiel y vital.


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