viernes, 18 de abril de 2014

La mariposa y el sabio.

Había un viudo que vivía con sus dos hijas curiosas e 
inteligentes. Las niñas siempre hacían muchas preguntas. 
Algunas de ellas, él sabía responderlas, a otras no. Como 
pretendía ofrecerles la mejor educación, mandó a las niñas 
de vacaciones con un sabio que vivía en lo alto de una 
colina.

El sabio siempre respondía a todas las preguntas sin ni 
siquiera dudar. Impacientes con el sabio, las niñas 
decidieron 
inventar una pregunta que él no sabria responder. 
Entonces, una de ellas apareció con una linda mariposa azul 
que usaría para engañar al sabio.
- ¿Qué vas a hacer? - preguntó la hermana.
- Voy a esconder la mariposa en mis manos y preguntarle al 
sabio si está viva o muerta . Si él dijese que está muerta, 
abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva, la 
apretaré y la aplastaré . Y así, cualquiera que sea su 
respuesta será una respuesta equivocada.
Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio, que 
estaba meditando.
- Tengo aquí una mariposa azul. Dígame, sabio, ¿está viva o 
muerta?
Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió:
- Depende de ti... Ella está en tus manos.
Semejante es nuestra vida, así como 
nuestro presente y nuestro futuro. No debemos culpar a 
nadie cuando algo falle: somos nosotros los responsables 
por aquello que conquistamos o dejamos de conquistar. 
Nuestra vida está en nuestras manos, como la mariposa 
azul... Nos toca a nosotros que hacer con ella.

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