Sorprendido, el saltamontes dijo mientras
su amigo se alejaba: "¡Debes estar loco! ¿Cómo podrás llegar hasta aquel
lugar? ¡Tú, una simple oruga! Una piedra será una montaña, un pequeño charco un
mar, y cualquier tronco una barrera infranqueable". Pero el gusanito ya
estaba lejos y no lo escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse.
De pronto se oyó la voz de un escarabajo:
"¿Hacia dónde te diriges con tanto empeño?". Sudando ya el gusanito,
le dijo jadeante: "Tuve un sueño y deseo realizarlo, subiré a esa montaña
y desde ahí contemplaré todo nuestro mundo". El escarabajo no pudo soportar
la risa, soltó la carcajada y luego dijo: "Ni yo, con patas tan grandes,
intentaría una empresa tan ambiciosa". Él se quedó en el suelo tumbado de
la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos
centímetros.
Del mismo modo, la araña, el topo, la
rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir. "¡No lo lograrás
jamás!", le decían, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a
seguir. Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y
construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar. "Estaré
mejor", fue lo último que dijo, y murió.
Todos los animales del valle por días
fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. Había
construido como su tumba un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro
refugio, digno de uno que murió por querer realizar un sueño irrealizable.
Una mañana en la que el sol brillaba de
una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que
se había convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto quedaron
atónitos.
Aquella concha dura comenzó a quebrarse
y, con asombro, vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga
que creían muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del
impacto, fueron saliendo las hermosas alas arco iris de aquel impresionante ser
que tenían frente a ellos: una mariposa.
No hubo nada que decir, todos sabían lo
que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño; el
sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había
vuelto a vivir. Todos se habían equivocado.
DIOS NOS HA CREADO PARA
REALIZAR UN SUEÑO, VIVAMOS POR ÉL, INTENTEMOS ALCANZARLO, PONGAMOS LA VIDA EN
ELLO Y, SI NOS DAMOS CUENTA QUE NO PODEMOS, QUIZÁ NECESITEMOS HACER UN ALTO EN
EL CAMINO Y EXPERIMENTAR UN CAMBIO RADICAL EN NUESTRAS VIDAS. Y ENTONCES, CON
OTRO ASPECTO, CON OTRAS POSIBILIDADES Y CON LA GRACIA DE DIOS, LO LOGRAREMOS.
ES BUSCANDO LO IMPOSIBLE
COMO LOS HOMBRES HAN ENCONTRADO Y ALCANZADO LO POSIBLE, Y AQUÉLLAS QUE SE
LIMITARON A LO QUE VISIBLEMENTE ERA POSIBLE, NUNCA DIERON UN PASO.
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