AL RESCATE, BAJO LA LLUVIA.

El cielo rugía como una bestia herida y la ciudad temblaba bajo la lluvia.

Entre las sombras de la tormenta, un pequeño latido luchaba por no apagarse.

Era sólo un cachorro empapado, temblando con los ojos llenos de miedo.

Intentaba encontrar refugio, pero el agua crecía y una alcantarilla abierta comenzó a tragárselo.... poco a poco, y justo cuando parecía que, el mundo se lo llevaría. Una sombra cruzó la lluvia firme, silenciosa, poderosa.

Era él el gato de ojos de fuego, pelaje negro, cuerpo ancho, cola como humo. En la noche no dudó, saltó el agua, empujó la tapa y con sus colmillos firmes.

Rescató al pequeño de las garras del abismo.

La tormenta no dio tregua, pero ellos tampoco. Uno corría con patas temblorosas, el otro guiaba con ojos valientes.

Juntos huyeron hacia lo alto, hacia la colina donde la lluvia aún no alcanzaba el alma.

Bajo un árbol antiguo, encontraron más que refugio, encontraron calor, encontraron compañía...

y cuando amaneció no eran un gato y un perro, eran hermanos de destino. Unidos por la tormenta, marcados por la bondad.